La marca estadounidense anunció oficialmente el cierre de sus tres fábricas en Brasil, un verdadero cimbronazo en la industria automotriz regional. Analizamos los motivos de la decisión e implicancias a futuro.
Esta tarde Ford informó su decisión de cancelar definitivamente su producción en Brasil a partir de 2021. En el vecino país se fabricaban – hasta ahora – tres modelos: el Ka, la EcoSport y el Troller (un todoterreno similar al Jeep Wrangler) en las plantas de Camaçari, Taubaté (que cesarán de inmediato) y Horizonte (seguirá operando hasta fines de año).
Se trata de una noticia de alto impacto que amenaza unos 5000 puestos de trabajo y que traerá varios coletazos en el futuro de la marca y su catálogo local. La marca lleva 100 años de presencia ininterrumpida en Brasil. Cabe aclarar, por las dudas, que Ford seguirá teniendo oficinas y concesionarias en el vecino país; simplemente dejará de producir autos en su territorio.
La medida no afectará la actividad de Ford en su planta argentina de Pacheco, donde está confirmada una inversión de 580 millones de dólares para fabricar la nueva generación de Ford Ranger.
¿Por qué Ford se va de Brasil?
Según el comunicado oficial emitido por Ford, la decisión obedece a “las persistentes capacidad ociosa y bajas ventas que resultaron en años de pérdidas significativas”, situación agravada por la pandemia de covid19. En Brasil, la marca acumulaba una pérdida neta de unos 4500 millones de dólares en cinco años.
La Ford EcoSport, particularmente, lleva tres años perdiendo competitividad en el mercado brasileño, donde ya no figura entre las SUVs más vendidas. En Argentina, el modelo fue destronado este año por la Volkswagen T-Cross, aunque logró mantener el 2do puesto de su segmento. Argentina, de hecho, es un mercado donde Ford sigue ganando dinero, aunque es muy poco en comparación con lo que pierde en Brasil.
Esta debilidad estructural obligó a Ford a replantear radicalmente su modelo negocios, orientándose a la venta de vehículos más grandes, caros y rentables como la Ford Ranger, la F-150, la Transit, la Bronco y el Mustang. En su comunicado, la marca promete para el futuro “un portafolio de emocionantes SUVs, pickups y vehículos comerciales conectados y cada vez más electrificados”. Los hatchbacks y vehículos chicos brillan por su ausencia.
Los factores de fondo para semejante disrupción son materia de especulación: ¿políticas sostenidamente erradas de Ford que llevaron a una debacle frente a sus competidores? ¿impacto de una economía regional relativamente estancada? ¿decisión lógica meramente basada objetivos de rentabilidad? ¿o un inevitable cambio de paradigma en el contexto de una industria global que apunta a China?. Las reacciones del público – incluidos los clientes de Ford de toda la vida – no hacen más que empezar.
Qué significa para los usuarios de Ford
Sin dudas, la implicancia más resonante de esta decisión es la descatalogación inmediata en la región de los modelos Ka, Ka+, Ka Freestyle y EcoSport, que seguirán a la venta sólo hasta que se agoten los inventarios existentes.
La EcoSport es un vehículo global que se seguirá produciendo en países como Rusia, Rumania, India, Vietnam, Tailandia y China; aún no se conocen planes oficiales de traerla desde alguno de ellos pero es muy probable que así lo hagan, pagando los aranceles correspondientes.
Estas despedidas se suman a las del Ford Fiesta y el Ford Focus, que habían dejado de producirse en Argentina en 2019 para enfocarse exclusivamente en la Ranger. Los días de Ford como marca generalista parecen estar contados.