Con un market-share que alcanzó el 60% en los últimos meses, los modelos de producción nacional están en auge. En esta nota, analizamos por qué.
Los autos 0km nacionales alcanzaron en febrero de 2022 el 60% del market-share. Dicho de otra manera: de 10 (diez) autos 0km patentados en el país durante el pasado mes, 6 (seis) fueron fabricados en la Argentina. Del 40% restante, un 31% corresponde a modelos fabricados en Brasil.
El dato se desprende del más reciente informe mensual de patentamientos – correspondiente a febrero de 2022 – elaborado por SIOMAA para ACARA, la asociación que nuclea a las concesionarias del país.
No se trata precisamente de una novedad; la tendencia se viene consolidando desde el pasado mes de junio, cuando la venta de autos 0km nacionales superó a la de importados por primera vez en casi cinco años y medio.
La última vez que ambos indicadores habían estado empardados había sido a principios de 2016. Desde entonces, se inició un claro predominio de la venta de autos importados que se estabilizó en torno al 70% del market-share entre marzo de 2017 y julio del 2020. A partir de allí, la tendencia comenzó a revertirse. Hoy, el 60% a favor de los autos nacionales está estabilizado desde noviembre pasado.
En una situación normal, es lógico que se vendan más autos importados que nacionales: los modelos que se fabrican en Argentina son relativamente pocos y buena parte se destina a la exportación. Ahora bien, en una situación como la actual, la nueva tendencia no debería sorprender.
Cuáles son las causas del fenómeno
La explicación del auge de autos nacionales y el declive de autos importados es, en esencia, muy simple: actualmente hay muy poco stock – y por ende poca oferta – de autos importados 0km en Argentina.
La falta de stock/oferta tiene dos consecuencias inmediatas: sobreprecios y/o demoras en la entrega.
Las concesionarias justifican los sobreprecios con el argumento de que tienen pocas unidades en relación a sus eventuales compradores y, para colmo, no saben con certeza a qué precio, ni cuándo, van a poder reponerlas una vez vendidas. Las demoras en la entrega, al no haber stock, se explican por sí solas.
A esto se le suma marginalmente el costo impositivo que tienen los autos importados fuera del Mercosur debido a los aranceles aduaneros y los impuestos internos “al lujo” (que también alcanzan a varios modelos brasileños y nacionales). La inflación en el mercado automotor es multicausal.
Ante la poco feliz alternativa de pagar un auto muy por encima de lo que vale o esperar varios meses hasta recibirlo (cuando no, ambas simultáneamente) los compradores se están volcando masivamente por los autos nacionales que, por el momento, ofrecen disponibilidad casi inmediata y precios más acordes al producto.
Obviamente influye el hecho de que, para la mayoría de los compradores, la industria nacional ofrece productos más que razonables en la relación precio-producto (Fiat Cronos, Peugeot 208, Chevrolet Cruze) y en calidad final (casi todas las pickups medianas se fabrican en nuestro país). Estos modelos son los grandes beneficiados por la coyuntura.
Por qué no hay stock de autos importados
Analizadas las consecuencias de la falta de stock, cabe repreguntar, naturalmente: ¿Y por qué falta el stock?
La respuesta también es relativamente sencilla: falta stock porque faltan divisas: es decir, faltan dólares.
La escasez relativa de dólares en las reservas el Banco Central es un problema estructural (conocido como “restricción externa”) que ya lleva varios años sin solucionarse y que limita seriamente la capacidad de importar autos, entre otras cosas.
Si bien la importación de autos no está expresamente bloqueada, el gobierno la desalienta mediante impuestos internos y otras políticas cambiarias que estimulan a las automotrices a concentrarse en vender autos nacionales. Es por esto que empresas como, por ejemplo, Fiat prefieren poner todas sus fichas en el Cronos – fabricado en Córdoba – y casi ni ofrecer en el mercado local modelos como el Argo o el Mobi.