Volkswagen t-cross 2021

Versiones Volkswagen T-Cross

T-Cross Comfortline AT

Resumen

Versión intermedia de caja automática. Mantiene el equipamiento del Confortline manual.

T-Cross Highline AT

Resumen

Versión full de caja automática. Suma apertura y arranque sin llave, tablero digital, climatizador y techo solar.

T-Cross Comfortline

Resumen

Versión intermedia de caja manual. Suma control de crucero, sensores de estacionamiento y cámara trasera.

T-Cross Trendline 1.6 MSI

Resumen

Versión base de caja manual. Trae 6 airbags, control de estabilidad, cierre centralizado, levantavidrios eléctricos y llantas de aleación.

T-Cross Highline 200 TSI

Resumen

Versión full de motor turbo y caja automática. Suma apertura y arranque sin llave, tablero digital y sensores crepuscular y de lluvia.

T-Cross Comfortline 200 TSI

Resumen

Versión intermedia de motor turbo y caja automática. Suma climatizador automático, control de crucero, cámara y sensor de estacionamiento.

La T-Cross expresa la racionalidad estética típica de Volkswagen: sin ser especialmente elegante ni llamativa, su look brinda una intangible satisfacción a través de la sobriedad funcional de todas sus líneas y su armonía conceptual con el resto del catálogo de VW. Es una SUV muy bien diseñada. El frente se caracteriza por líneas muy sutilmente aerodinámicas que convergen en una parrilla bastante sobria y delgada para lo que suele ser el segmento B-SUV. Los faros frontales son poco expresivos en su rigurosa forma rectangular: apenas rasgados y sin detalles estrambóticos. Los detalles más frívolos se hallan - si se quiere - en los detalles cromados de los faros antiniebla y las tomas inferiores. Equilibrio y racionalidad pura. Su perfil lateral resalta por sus llantas de perfil bajo con rines bicolor y las tasas en plástico negro. La versión Highline permite optar por un techo negro en contraste con el color del resto de la carrocería. La parte trasera refuerza el concepto con mucho estilo, destacando un alerón grueso con luz de freno. Las luces traseras, unidas por un aplique negro de lado a lado, dan la impresión de ser un solo faro gigante. Remata una parrilla negro mate con detalles cromados y el aplique de T-Cross en letras plateadas.
La versión de entrada Trendline está equipada con un motor naftero atmosférico de 1.6 litros que desarrolla hasta 110 cv de potencia y 155 nm de torque. Un motor viejo, conocido, que equipaba en su momento a la Volkswagen Surán, es uno de los menos potentes de su segmento. Se combina exclusivamente con caja manual de 5 marchas. A partir de la versión Comfortline, la T-Cross incorpora un más moderno propulsor turbonaftero de 1.0 de 3 cilindros que llega hasta los 116 cv y unos más generosos 200 nm. Se combina con una caja automática Tiptronic de 6 marchas con levas al volante para utilizar también de modo manual. La tracción es delantera.
Con el motor 1.6 de 110 cv, la T-Cross acelera de 0 a 100 km/h en 14,3 segundos, un valor esperablemente modesto, y alcanza una velocidad máxima de 174 kilómetros por hora. Los consumos son estándares para el segmento: 11,2 litros cada 100 km en la ciudad, que se reducen a 6,3 litros en ruta a 100 km/h y a 8,7 litros a 130 km/h constantes. Ambas prestaciones mejoran sensiblemente con el más reciente motor turbo 1.0 en el caso de las T-Cross Comfortline y Highline. Frena de 100 a 0 km/h en menos de 38 metros: una de las más fuertes en comparación con la competencia directa.
La T-Cross fue concebida para la ciudad y se maneja casi como un sedán. Sus dimensiones la hacen muy práctica para desplazarse en el tráfico y conseguir lugar para estacionar. La dirección asistida es sobresaliente y la suspensión, sin ser de doble brazo independiente, también funciona de modo óptimo, copiando muy bien las irregularidades de la superficie. El confort de marcha es decididamente un punto fuerte de la T-Cross. En ruta es estable, con muy buena tenida en curvas, aunque algo lenta de reacciones debido a las limitaciones mecánicas de su motor. En contraste, y a pesar de sus pretensiones de tipo SUV, no es un vehículo preparado para la conducción offroad extrema ni cuenta con tracción 4x4. En caminos rurales o de tierra, en todo caso, ofrece ventaja con respecto a un auto “normal” gracias a su destacable robustez estructural y su mayor despeje.
El interior de la T-Cross ofrece la calidad de materiales y terminación que suele caracterizar a VW. Ésta se complementa con un aspecto moderno, de líneas llamativas y ángulos más atrevidos de lo convencional. Tanto la butaca en sí como la posición de manejo son cómodas. Todas las versiones cuentan con volante de doble regulación y comandos multifunción, además de regulación de altura para la butaca. Las versiones Comfortline y Highline suman, además, una función de regulación lumbar en el asiento del conductor. Si bien el acceso es algo difícil, las plazas traseras ofrecen espacio de sobra para las piernas y para la cabeza de los ocupantes. La quinta plaza, en cambio, no es tan confortable. Las butacas traseras cuentan con sus propias salidas de aire acondicionado, luz de lectura y - en las versiones superiores - sus propias tomas USB. El baúl de la T-Cross es uno de los menos espaciosos en su segmento: cuenta solamente con 373 litros de capacidad.
El equipamiento de serie incluye – entre otros ítems – aire acondicionado, cierre central a distancia, levantavidrios y espejos externos de regulación eléctrica. La versión Comfortline suma climatizador automático, control de velocidad crucero, cámara y sensor de estacionamiento trasero. La versión Highline suma de forma exclusiva apertura y arranque sin llaves, encendido automático de limpiaparabrisas y luces, tablero digital, sensor de estacionamiento delantero y espejos externos rebatibles eléctricamente. Funciones como estacionamiento automático y techo corredizo panorámico - que en algún momento equipaban a la desaparecida edición “Hero” - han sido discontinuadas, quizás para no elevar tanto los costos.
El tablero de la T-Cross Highline - denominado Active Info Display - es totalmente digital y permite configurar la pantalla desde el volante en diferentes vistas, incluyendo cuadrantes “simulados” de tacómetro y velocímetro, además de proveer una gran variedad de información. Es uno de los tableros más amigables y útiles de su segmento. El sistema multimedia varía según la versión. Las Comfortline y Highline incorporan VW Play – la más reciente interfaz multimedia de la marca – y una pantalla digital de 10”. La versión Trendline, en cambio, ofrece el más antiguo sistema Composition Touch con pantalla de 6,5”. Ambos sistemas cuentan con App Connect, que brinda compatibilidad con Android Auto y Apple Car Play. Las versiones superiores se distinguen, además, por contar con 6 parlantes en total, dos más que en la Trendline.
Las prestaciones de seguridad son universales para toda la gama, a excepción de funciones relativamente sofisticadas como espejo interior anti-encandilamiento, control de presión de neumáticos y detector de fatiga, exclusivas todas de la versión Highline. El equipamiento de serie incluye 6 airbags (delanteros, laterales y de cortina), control electrónico de estabilidad, frenos ABS, frenado de emergencia post colisión, ganchos isofix, cinturones  inerciales para todos los asientos y luces estáticas de freno para curva. No ofrece ayudas a la conducción, una tecnología que algunos modelos de la competencia - como la Chevrolet Tracker y la Nissan Kicks - ya han incorporado en sus versiones más equipadas. En la evaluación de seguridad estructural que realiza Latin Ncap, la T-Cross obtuvo 5 estrellas - la calificación más alta posible - tanto para infantes como para adultos.
Sin ser la opción más económica, la T-Cross se consolidó en 2020 como la SUV más vendida en la Argentina. Este éxito habla por sí solo de las notables ventajas del modelo. Un diseño muy logrado, calidad de terminaciones, un chasis robusto y resistente, un confort de marcha superlativo, excelentes prestaciones de seguridad y un equipamiento generoso en la versión tope de gama resumen las principales fortalezas del modelo. A cambio, la T-Cross sufre cierta falta de potencia: una debilidad parcialmente subsanada con la incorporación del motor turbo 1.0 en las versiones superiores, pero que aún tiene margen para mejorar. A esta desventaja se le suman un baúl modesto, falta de ayudas a la conducción y un precio poco competitivo en las versiones Confortline y Highline. Si no pensás exigirla en la ruta y necesitás un vehículo primordialmente para moverte en la ciudad, la T-Cross Trendline sigue siendo una excelente opción a pesar de su motor. No es de extrañar que la sigamos viendo entre las SUVs más vendidas en el futuro inmediato.