El Prius está concebido en función de la eficiencia. Esto afecta ante todo a la carrocería, que sacrifica belleza tradicional a favor de aerodinámica pura y dura.
El objetivo es generar la menor resistencia posible del aire, restándole esfuerzo al motor y reduciendo el consumo de combustible y energía eléctrica.
El resultado es un aspecto extraño, liviano y futurista. Las líneas están tensadas de una forma muy heterodoxa, convergiendo en un fornido remate trasero, en sintonía con la rigurosa aerodinámica del modelo.
Es, en todo caso, un gusto adquirido, pero a la filosofía del Prius no podría importarle menos. Hay que reconocer una cosa: no pasa desapercibido.
Este aspecto es lo que hace diferente al Prius: un sistema híbrido que combina un motor naftero 1.8 litros y un eléctrico de 600 V. La potencia total del conjunto asciende a 122 CV.
La caja es una CVT automática, de variador continuo sin marchas programadas, y la tracción es delantera.
El tándem de motores, sin ser un alarde de potencia, permite acelerar de 0 a 100 km/h en 11 segundos, lo cual está muy bien. Ayuda la aerodinámica del diseño.
El sentido de realizar algunas tracciones solamente con motor eléctrico tiene que ver con el ahorro de combustible. Y los resultados son para relamerse: en ciudad, consume entre 3 y 4 litros cada 100 km, lo cual redunda en 1000 km de autonomía con un tanque de lleno. En ciudad, se estima que un 55% del tiempo se conduce exclusivamente con el motor eléctrico.
En ruta, más exigido, alcanza apenas un promedio de 6 litros cada 100 km.
Al manejar, y sin que el piloto intervenga, una computadora va activando alternativamente cada motor, según los requerimientos de la conducción en tiempo real.
Es así como, para las maniobras que requieren menor potencia, el sistema se basta con el motor eléctrico solamente, encendiendo el motor naftero solo si se exige un poco más la mecánica. La transición de un motor a otro es prácticamente imperceptible para el oído.
La clave de este funcionamiento es que la batería del motor eléctrico se recarga constantemente con la energía que libera el motor a combustión durante su funcionamiento normal. También, recoge energía residual del sistema de frenos.
El Prius viene con suspensiones independientes en las cuatro ruedas, lo que redunda en un andar muy silencioso y confortable que sortea suavemente las irregularidades de la superficie.
En ruta goza de buenas reacciones para el sobrepaso y la dirección responde correctamente, pero es fundamentalmente un vehículo que alcanza su máxima expresión en la conducción urbana.
El Prius cuenta con un habitáculo silencioso, amplio y cómodo donde hay espacio suficiente para transportar sin problemas a cinco pasajeros.
Las terminaciones y encastres son de buena calidad, todo con un diseño sobrio pero agradable a la vista. El panel tiene una estética algo “tech”, como para acercar la experiencia a la que se podría tener usando una computadora.
Las butacas delanteras son bastante ergonómicas, pueden calefaccionarse y ofrecen una posición de manejo confortable gracias al soporte lumbar con regulación eléctrica que ofrece el puesto del conductor.
Los accesorios y funciones tecnológicas del Prius son bastante completas.
Cuenta con climatizador automático bi-zona, cargador inalámbrico para smartpohnes, control de velocidad crucero, Eco Driving Monitor (un software que brinda indicaciones en tiempo real para un manejo que permita ahorrar más nafta), cámara de estacionamiento trasera, sistema de encendido e ingreso inteligente y un selector de modos de conducción: Eco, Normal, Power y EV)
A la manera del Etios, el Prius cuenta con un tablero digital central, y no a la altura del volante. Es muy bueno y dinámico visualmente, pero a más de uno le puede resultar incómodo. Al principio: a todo uno se termina acostumbrando.
El sistema multimedia con pantalla táctil es el mismo de la Hilux. La interfase, confusa y algo lenta, no es la mejor.
Viene con todas las funciones de seguridad estándar para un vehículo de esta categoría.
Esto incluye frenos ABS con EBD y BA, 7 airbags distribuidos para todos los pasajeros, control de estabilidad, control de tracción y faros antiniebla traseros y delanteros de LED.
La tecnología híbrida del Prius, aunque aún sea costosa y no se haya impuesto masivamente, es una de las innovaciones más revolucionarias que ha visto la industria automotriz.
Consume muy poco – muy poco de verdad – y en este aspecto no tiene competencia.
Es el auto perfecto si te gusta manejar, manejar y seguir manejando, gastando lo menos posible en nafta y con un nivel muy bajo de emisiones.
A esta característica le suma una tecnología y un confort general propios de un auto de buena categoría, con un gran desempeño y confort de marcha en trayectos urbanos.
La gran desventaja es que todavía es un auto caro. Si te lo podés comprar, los primeros años de ahorro en nafta van a ser solo para amortizar la inversión inicial. Y si bien a todos nos seduce ahorrar y cuidar el medio ambiente, al público masivo todavía la ecuación está lejos de cerrarle.