Por su naturaleza SUV, es casi anecdótico comparar a la Corolla Cross con el Corolla. Se
trata de un look más osado y agresivo que el del conservador sedán; las proporciones y
líneas son más similares a las de la Toyota RAV4, aunque de dimensiones más
pequeñas y algunos rasgos más estilizados.
La impresión global es la de una carrocería armónica y agradable a la vista, aunque
también algo genérica; las SUV empiezan a ser tan comunes que cada vez se hace más
difícil salirse de la norma. En el frente, destaca la prominente parrilla negra con
“mueca” triste; una seña de identidad que también caracteriza a la RAV4 y al futuro
Toyota Raize. Las ópticas son muy rasgadas, a tono con la tendencia general.
La parte trasera, para bien o para mal, no llama demasiado la atención pero tampoco
desagrada. Tiene faros horizontales y curvas hacia abajo similares a las de la trompa.
La Corolla Cross ofrece los mismos motores que su homólogo sedán: un naftero de 2.0
litros que rinde hasta 170 CV de potencia máxima y 200 de torque. Un propulsor
atmosférico (sin turbo), sin dudas robusto, eficiente y muy confiable.
Las versiones XEI y SEG ofrecen como alternativa un motor híbrido 1.8 naftero de 98
CV que, combinado con el propulsor eléctrico, entrega una potencia total de 122 CV.
La caja de transmisión es automática CVT de diez velocidades con modo secuencial y
levas al volante en las versiones XEI y SEG. A diferencia del Corolla, no hay versiones
con caja manual.
La tracción es solo delantera, una importante desventaja con respecto a la Jeep
Compass.
Con el motor naftero 2.0 el Corolla Cross acelera de 0 a 100 km/h en unos 9,7
segundos y alcanza, bajo condiciones favorables, una velocidad máxima de 210 km/h.
Con el motor híbrido las prestaciones descienden a 11,7 segundos para la aceleración y
179 km/h para la velocidad máxima.
Son valores más que decentes, pero menos impresionantes que los modelos de la
competencia con motores turbo, como por ejemplo la Jeep Compass.
Tal como ocurría con el Corolla los consumos son de los más bajos del segmento; con
el motor híbrido, la Corolla Cross consume apenas 5,8 litros cada 100 km de promedio.
Un poco más que el sedán pero aún excepcional.
El tanque de combustible es un poco más chico que en el sedán, otorgando menor
autonomía.
Para reducir costos y mejorar su competitividad, la Corolla Cross no tiene la suspensión
trasera independiente multilink que sí tiene el Corolla sedán. Naturalmente, esta
carencia le impide ofrecer el mismo confort de marcha, el cual sigue siendo muy
bueno, aunque un poco más áspero que el de su hermano sedán.
Esto lo compensa, en parte, con un despeje del suelo más elevado, lo cual le permite a
la Corolla Cross sortear con mayor tranquilidad las irregularidades del offroad y de la
ciudad (baches, hondonadas, etc.). De todas formas, al no tener tracción AWD, no se
trata de un verdadero todoterreno, ni mucho menos. Hay que tener precaución a la
hora de elegir los caminos.
En ruta, el Corolla Cross transmite sensación de estabilidad gracias a una buena
calibración de la dirección y los frenos. Si se lo quiere exigir, las repuestas son algo
limitadas por su centro de gravedad elevado, la capacidad justa del motor
(especialmente el híbrido de 122 cv) y la caja CVT que no es justamente la más
dinámica para el manejo recreativo. Es un auto más bien pensado para quien anda
relajado.
La batería del motor híbrido, como es estándar, se recarga con el propio motor a
combustión o con energía regenerativa del frenado.
El interior del Corolla Cross es casi idéntico al del Corolla. El panel ostenta un diseño
modeno, relativamente sobrio, con predominio de tonalidades oscuras. La calidad de
los materiales y la terminación de los encastres es, en general, más que satisfactoria.
La posición de manejo es muy cómoda y relajada, gracias a una butaca anatómica
regulable – de modo eléctrico en el Corolla SEG – y doble regulación de la dirección.
Las dimensiones del habitáculo son óptimas, garantizando el confort de todos los
pasajeros, aunque algo más limitadas que en el sedán. El espacio en las plazas traseras
es adecuado para que dos personas viajen con total comodidad, con lugar suficiente
para las piernas y la cabeza. Si viajan tres ocupantes, pueden acomodarse sin
problemas, aunque viajarán un poco apretados.
El baúl no es de los más grandes del segmento, pero brinda espacio suficiente para la
mayoría de los usos típicos y cuenta con la posibilidad de rebatir las butacas traseras
para multiplicar el espacio de carga.
Hay una importante diferencia en equipamiento en el arco que va desde la versión más
básica (XLI) hasta la full (SEG).
La versión XLI es relativamente básica para el segmento: cuenta, entre otras cosas, con
aire acondicionado común (sin climatizador automático), encendido automático de
luces y levantavidrios eléctricos one-touch. Esta versión no trae, por ejemplo, ningún
sensor de estacionamiento.
A partir de la línea XEI, el Corolla Cross incorpora control de velocidad crucero,
climatizador automático bi-zona, levas al volante, navegador integrado, techo solar
eléctrico y espejo retrovisor anti-encandilamiento. La versión XEI híbrida ofrece
además encendido por botón, ingreso inteligente sin llave, alerta de punto ciego y
alerta de tráfico trasero, pero – extrañamente – prescinde del techo solar.
La línea SEG es por lejos la más equipada. Suma, entre otras cosas, regulación eléctrica
de la butaca del conductor y asientos tapizados en cuero.
El tablero cuenta con cuentavueltas, indicador de combustible y temperatura del
motor analógicos. Entre ambos, hay un nuevo display digital color de 7 pulgadas (4,2
en la versión XLI) que brinda la completa información de la computadora de a bordo,
además del velocímetro en primer plano.
El volante incluye comandos de audio y control de velocidad crucero.
El sistema multimedia cuenta con pantalla táctil de 8’’ con bluetooth, Android Auto y
Apple Car Play para todas las versiones. A partir de las versión XEI, suma navegador y
TV digital.
El Toyota Corolla Cross incorpora por primera vez las funciones de Toyota Safety
Sense, las cuales están disponibles solo en la versión SEG (2.0 e híbrida). Este combo
incluye control de velocidad crucero adaptativa, sistema de pre colisión frontal, alerta
de cambio de carril, luces altas automáticas y alerta de vaivén.
La gama completa incluye control de tracción estabilidad, 7 airbags, frenos ABS con
EBD, asistente de arranque en pendientes y ganchos isofix.
Si bien el perfil de manejo del Toyota Corolla Cross es similar al del Corolla, su diseño
SUV lo hace instantáneamente más atractivo para el público joven y/o femenino. La
apuesta de Toyota es, justamente, ofrecer la confiabilidad histórica del Corolla en un
paquete visual y funcional más acorde con lo que demanda el mercado actual: SUVs.
En este sentido, Toyota pierde algunos puntos clave con respecto al sedán (suspensión
multilink, performance rutera, autonomía) y a la RAV4 (tracción 4x4) pero que en
definitiva ofrece lo que todo el mundo busca: una SUV compacta bien diseñada y
equipada, relativamente accesible en cuanto al precio, adaptada a la conducción
urbana, con despeje del suelo y bajo consumo de combustible.
Es un combo infalible que ya le dio resultados a la Jeep Compass y que el resto de las
marcas, Toyota incluida, esperan replicar. Si bien la Corolla Cross no tiene opciones 4x4
como la SUV compacta de Jeep, saca ventaja con el motor híbrido y sus consumos
insuperables. Está claro cuál de las dos es la más valorada por el público general.
Entonces… ¿Está todo dado para que la Corolla Cross lidere el segmento? El tiempo,
más pronto que tarde, lo dirá.