La estética no es el fuerte ni el foco de la Renault Master. Es una camioneta de carga
que cumple con un diseño estrictamente funcional, sin margen para ornamentos ni
rebusques estéticos.
Esto la hace prácticamente indistinguible de modelos similares de la competencia, más
allá de los rasgos únicos de la trompa, que tampoco descollan por su originalidad.
La Master cuenta con un motor turbodiésel de 2.3 litros que desarrolla hasta 130 CV
de potencia y 316 Nm de torque. Es un motor silencioso, de funcionamiento simple y
con bajos costos de mantenimiento.
La transmisión es manual de 6 marchas y la tracción es delantera.
Por sus dimensiones, la Master no se caracteriza ni se valora por aceleraciones, que
pueden extenderse - según declara Renault - hasta 17 segundos para los 0-100 km. La
potencia del motor alcanza para ofrecer buena agilidad urbana aún en situación de
carga. La velocidad máxima es de 145 km/h.
Los consumos son realmente económicos: 11,4 litros cada 100 km en ciudad y 9,9 litros
en ruta. Al contar con un tanque de combustible de 100 litros, logra generosas
autonomías de casi 1000 km.
La Master puede conducirse sin problema tanto en ciudad como en ruta. Su mecánica
es rudimentaria, pero robusta y confiable.
En ciudad ofrece un adecuado confort de marcha, buena absorción por parte de las
suspensiones, dirección asistida hidráulica y un motor de suficiente agilidad.
Obviamente, por una cuestión de tamaños, la maniobrabilidad es limitada. Cuanto más
grande la versión, más se complica este rubro.
En la ruta es un vehículo bastante estable, que además cuenta con control electrónico
de estabilidad. Por su porte, es más bien sensible a los vientos laterales. Lógicamente,
no es un vehículo idóneo para realizar maniobras temerarias ni para tomar curvas a
altas velocidades.
La Master es monocabina, con capacidad para tres ocupantes. Cuenta con dos butacas;
la derecha es doble. En general el espacio interior es suficiente y generoso para la
función que debe cumplir.
La postura de manejo elevada es la típica de furgón. La butaca puede reclinarse y
regularse tanto en altura como longitudinalmente. El volante no cuenta con ningún
tipo de comando.
El diseño del panel es funcional, espartano aunque no del todo sobrio, debido a su
profusión de curvas y protuberancias.
La capacidad de carga es su principal atributo, por supuesto. Para esto fue hecha. Cada
versión tiene su propio límite.
El furgón corto tiene una zona de carga de 2,6 m. de largo x 1,7 m. de ancho y 1,7 m.
de altura. El total en volumen es de 8 m 3 u 8000 litros.
El furgón mediano varía en el largo y la altura: 3,1 x 1,7 x 1,9 metros, con un volumen
total de 10,8 m 3 o 10800 litros.
El furgón más grande mide 3,7 x 1,7 x 1,9 metros, con un volumen total de 13 m 3 o
13000 litros.
El equipamiento es básico, pero no es menos de lo que normalmente se le pide a un
utilitario.
Cuenta con aire acondicionado, levantavidrios eléctricos, cierre centralizado de
puertas, espejos externos y sensores de estacionamiento traseros opcionales como
accesorio.
Estas dos últimas funciones son clave, dado que – por su características inherentes – la
Master no tiene visión directa hacia atrás.
El tablero cuenta con dos cuadrantes de aguja para velocidad y cuentavueltas. En el
centro hacia abajo, en el reloj central, está el display digital para indicar nivel de
combustible y temperatura del motor. No es moderno, pero cumple con su función sin
mayor inconveniente.
La radio es convencional, con sintonizador y conectividad Bluetooth, USB y cable
auxiliar.
El equipamiento de seguridad de la Master se quedó un poco en el tiempo: tiene
airbags frontales de serie para el conductor y opcional para el acompañante. También
cuenta con frenos ABS pero, inadmisible a esta altura de la historia, no cuenta con
control de estabilidad. En este sentido necesita una actualización urgente.
Sin la más mínima pretensión de glamour, la Master viene cumpliendo con su función
de utilitario desde hace cuatro décadas.
Es por eso y poco más que se la puede juzgar. Para cargar cosas te va a servir
infinitamente y es irremplazable.
Seguramente deberá agregar pronto una función de control de estabilidad para darle
mayor pelea a sus competidoras.