La estética de la Murano es innegablemente jugada y original. Líneas llamativas de todo tipo la recorren de lado a lado, pero sin perder jamás un sentido de armonía.
Su perfil marcadamente aerodinámico recuerda levemente al de un cohete y es, en principio, una característica única en este tipo de vehículos todoterreno, a priori más pensados para el offroad que para el rendimiento a altas velocidades. Es por lo que, a pesar de su inmenso tamaño de casi 5 metros de largo, se la puede denominar “crossover”.
Sin ir más lejos, se la puede comparar con la cuadrada Land Cruiser Prado, su compañera de segmento: son dos camionetas completamente distintas.
La trompa destaca por la gigante parrilla en “V” – típica de los Nissan de última generación – y unas ópticas muy llamativas con cuñas y bordes discontinuos. La parte trasera es apenas más convencional, aunque los faros también dan unas vueltas bastante atípicas.
Un diseño sorprendente que está entre las máximas virtudes del modelo.
El motor es un V6 – seis cilindros en V – de 3.5 litros, naftero, capaz de desarrollar hasta 252 CV de potencia y 325 Nm de torque. Un motor sin turbo, convencional en su ingeniería pero rendidor en cuanto a sus prestaciones.
La transmisión es automática CVT de variador continuo. Es una caja eficiente que administra la potencia y prioriza el ahorro de combustible.
La tracción es integral AWD con acople automático. Es decir, reparte la tracción automáticamente a través de una computadora.
La aceleración de 0 a 100 km/h se produce en muy buenos 8 segundos. El motor es una bomba, pero la enorme carrocería es un gran lastre que limita este valor.
Frena con mucha eficiencia: 41,5 metros de 100 a 0 km/h, lo cual es más que bueno para un vehículo tan grande.
En cuanto a los consumos, previsiblemente, el V6 hace estragos en ciudad: el promedio es de 17,6 litros cada 100 km. En ruta, los valores son bastante más aceptables, con solo 7,7 litros a 100 km/h y 10,4 litros a 130 km/h. A velocidades constantes, el motor va casi durmiendo.}
El comportamiento dinámico de la Murano está claramente orientado al equilibrio de confort.
Esto implica que tiene un desempeño superlativo en la ruta, donde se advierte un chasis muy estable en cualquier maniobra. La dirección electrónica sensible a la velocidad y la carrocería aerodinámica suman lo suyo en este aspecto.
En la ciudad ofrece también altas prestaciones: el motor no vibra y el chasis no transmite asperezas a pesar de contar con neumáticos de perfil bajo.
En caminos de campo y situaciones offroad el confort de marcha se ve algo comprometido. Los neumáticos no son los ideales y el sistema AWD solo funciona con acople automático: no tiene reductora, diferenciales ni bloqueo de doble tracción. No es recomendable para aventurarse por cualquier pantano.
Esto demuestra que, a pesar de las apariencias, estamos más ante una camioneta confortable para salir a la autopista que ante un todoterreno purasangre. Polos opuestos con la Prado.
El Santo Grial de la Murano.
Butacas anchas y acolchadas (diseñadas junto a la NASA), revestimientos satinados a la americana, detalles cromados, espacios por doquier e insonorización casi perfecta caracterizan la experiencia del habitáculo.
El diseño del panel se caracteriza por su buenas terminaciones, aunque sin estridencias visuales.
Las opciones de postura de manejo son muy completas. El volante tiene doble regulación electrónica y la butaca cuenta con regulación de altura y lumbar, también electrónicas. Tanto el volante como la butaca cuentan con la posibilidad de memorizar preseteos personalizados.
Las plazas traseras están diseñadas para que dos personas viajen como monarcas. El espacio para las piernas es descomunal y los respaldos pueden reclinarse.
Por la gama de precio (alta) de la Murano, es esperable una sofisticación de accesorios por encima de la media.
Esto incluye: llave inteligente con sensor para abrir las puertas y encender el motor, control de crucero, levantavidrios eléctricos, espejos regulables y rebatibles eléctricamente, sensor de lluvia, encendido y apagado automático de luces, climatizador de doble zona automático, cámaras de estacionamiento con visión 360°, techo solar panorámico, etc.
En general, está a la altura de las expectativas.
El navegador integrado merece un párrafo aparte. Insólitamente, está proyectado dentro del espejo retrovisor interno (!?). Todas son contras: es pequeño, ocupa la mitad de la visual del espejo y tiene funciones táctiles lentas que dejan los dedos marcados. Habiendo DOS pantallas de 7’’ en el instrumental, la pregunta lógica es si alguna de las dos no podría haberse aprovechado para esta función.
El diseño del tablero es bastante sobrio pero funcionalmente óptimo. Cuenta con dos grandes cuadrantes de aguja para los cuatro principales indicadores: velocidad, revoluciones, temperatura y nivel de combustible. Entre ambos, una generosa pantalla color de 7’’ aglutina la principal información de la computadora.
Para el sistema multimedia, una de cal y otra de arena.
La pantalla de 7’’ es vieja, ya que no es táctil. Sorprende en un modelo de este nivel. Incluye las funciones de conectividad estándar (USB para Mp3, Bluetooth y Aux-In) y de reproducción (Radio y CD). Faltarían ítems más avanzados, como DVD, televisión satelital o memoria interna.
El sistema de audio Bose de 11 (¡11!) parlantes, en cambio, es irreprochable. Una genialidad a la altura de los más elevados estándares del mercado.
Cumple con lo que tiene que cumplir: control de tracción y estabilidad, los 7 airbags de rigor (incluyendo de rodilla para el conductor), frenos ABS con EBD y BA, cinturón de 3 puntos en todas las plazas e isofix.
Además, agrega un par de funciones de seguridad activa como alerta de punto ciego, alerta de atención del conductor y alerta de tráfico cruzado.
¿Qué se le podría pedir para la próxima? Control de crucero adaptativo, estacionamiento asistido, faros direccionales, alerta de cambio de carril con corrección de trayectoria y frenado autónomo de emergencia. Son funciones de alta gama, pero que ya están disponibles en autos más baratos.
La rueda de auxilio es exactamente igual a las otras cuatro. En el contexto actual, es un pro que se agradece.
La Nissan Murano es un auto exclusivo, que basa su argumento de venta en un diseño excelente, un motor potentísimo y un confort interior de lujo.
No puede juzgarse independientemente de su precio. Es un auto reservado para segmentos de alto poder adquisitivo, en donde tiene muchísima competencia de parte de las marcas premium.
En caso de racionalizar, habrá que considerar todos los ítems – equipamiento, seguridad, comportamiento offroad, performance motor – y evaluar si está entre las opciones que mejor se adaptan a tus prioridades.
Ahora bien, si tenés el dinero y la Murano te atrae estéticamente, puede ser una excelente y satisfactoria compra pasional, una que difícilmente te defraude alguna vez.