Dentro de las limitaciones de lo que es una pickup, la Ranger tiene pequeños detalles de buen gusto, como la parrilla cromada, luces bajas de xenón, luces diurnas LED, llantas de aleación de 18’’ y una trompa de personalidad impactante.
Fuera de eso es una Pick-Up convencional no muy distinguible: robusta, fuerte, grande, y que no ha recibido prácticamente cambios en las últimas renovaciones.
La Ford Ranger ofrece tres motorizaciones diferentes: una naftera y dos turbodiésel.
Por un lado, un motor Duratec de 2.5 litros con 166 cv de potencia y 225 nm de torque equipa a las tres versiones nafteras (XL de cabina simple/doble, más XLS de cabina doble). Este motor se combina en los tres casos con una caja manual de 5 velocidades.
Por otro lado, el Puma de 2.2 litros turbodiésel de 160 cv y 385 nm equipa a las cuatro versiones XL diésel (con cabina simple/doble y tracción 4x2/4x4), todas con caja manual de 6 velocidades, y a una más reciente versión XLT 2.2 automática.
Por último, el poderoso Puma 5 cilindros y 3.2 litros de 200 cv y 470 nm, también turbodiésel, equipa a las restantes siete versiones, que abarcan las gamas XLS, XLT y Limited, todas de cabina doble, con caja manual de 6 velocidades o automática de 6 velocidades (en el caso de las XLT automáticas y la Limited).
Las tres versiones nafteras tienen tracción 4x2, mientras que casi todas las versiones diesel ofrecen una variante 4x2 y otra 4x4. Las excepciones son dos: la XLT 2.2 automática (solo 4x2) y la Limited (solo 4x4).
Los valores dependen de cada motor, pero para tomar una referencia, el motor más potente de la gama (el 3.2 turbodiésel) permite acelerar de 0 a 100 km/h en alrededor de 10,7 segundos, mientras que su velocidad máxima alcanza los 178 km/h. Lo más destacable de este motor es el brutal empuje que logra a bajas revoluciones.
El consumo de este motor en ruta a 100 km/h es de 8,3 litros cada 100 km, mientras que en ciudad asciende a 12,4 litros en la misma distancia recorrida. Son indicadores promedio para el segmento, pero obviamente altos comparados con un auto “común”.
Frena de 100 a 0 km/h en 41 metros.
La nueva Ranger se benefició de importantes mejoras en la suspensión general, amortiguando de modo óptimo el andar en superficies irregulares, sin ser exageradamente blandas, ni “hundirse” demasiado al tomar, por ejemplo, un lomo de burro.
La estabilidad también es muy buena, gracias al soberbio tándem suspensión – dirección. Esta última ahora viene asistida electrónicamente para toda la gama.
Estos atributos no solo impactan positivamente en el manejo en ciudad, sino también en la conducción offroad, donde además se destacan las funciones 4x4 en alta y en baja, con bloqueo diferencial para maniobras donde algunas de las ruedas quedan suspendidas en el aire.
El panel de instrumentos es de buena calidad; aunque no tiene materiales blandos, se ve elegante y sobrio a la vista.
La posición de manejo es buena, solamente limitada por la regulación simple de la dirección: el volante solo se puede variar en altura.
El espacio interior es, lógicamente, un atributo diferencial solo en versiones de doble cabina. Las plazas traseras, en este caso, son sorprendentemente espaciosas.
La Ranger es una de las pickups más equipadas del mercado, pero solamente en las versiones tope de gama.
La versión más “espartana” (XL de cabina simple) ni siquiera tiene levantavidrios eléctricos. Lo más sofisticado que podemos pedirle es cierre centralizado a distancia, aire acondicionado, comando de la radio en el volante y conectividad de audio bluetooth.
Ahora bien: las versiones superiores, como la Limited, vienen con un combo más que interesante que incluye arranque y apertura de puertas sin llave, control de velocidad crucero adaptativo, butaca de regulación electrónica, sensores de estacionamiento delantero y trasero, navegador satelital integrado y cámara de estacionamiento trasera, entre otras funciones. Nada mal.
Las gamas XLS y XLT ofrecen un equipamiento intermedio entre ambos extremos.
El tablero es mixto, con velocímetro central analógico y dos pantallas de información digital ubicadas a cada lado. Es una solución innovadora, pero con la desventaja de no tener un cuentavueltas fijo: si queremos chequear cualquier otra información (temperatura del motor, presión de neumáticos), éste queda invisibilizado.
La central multimedia y pantalla táctil central son muy completas, gracias al conocido sistema Sync3 de Ford. Está disponible a partir de las versiones XLS.
A diferencia de lo que ocurre con los accesorios estrictamente de confort, la tecnología de seguridad se “pone las pilas” desde la entrada de gama (XL), que incluye control de estabilidad y tracción, asistente de partida en pendientes, frenos ABS con EBD y asistente de frenado de emergencia, control electrónico antivuelco y 2 airbags frontales.
Con las versiones más premium, se agregan el asistente pre-colisión para peatones y vehículos (con alerta y frenado autónomo), detector de fatiga, sistema de mantenimiento del carril, airbags laterales de cortina y tórax, faros antiniebla, limitador de velocidad y ganchos isofix. Un verdadero lujo, para manejar con tranquilidad.
Si al comprar un 0km estás pensando en una pickup, la Ford Ranger es una de las opciones clásicas, por muchos motivos.
Una apuesta de seguridad de primer nivel, una excelente mecánica para la conducción tanto citadina como offroad y unas interesantes opciones de motorización son los principales argumentos de venta de este modelo.
Tanto si la necesitás para el trabajo, como en el caso de que simplemente te gusten mucho las pickups, es muy difícil que una Ford Ranger decepcione.
Obviamente deberás considerar opciones de la nutrida competencia que tiene en el mercado y – por supuesto – cuál es la opción de gama que se adecúa a tus necesidades, desde una “pelada” XL de cabina simple, hasta la formidable Limited que ya está en un rango mucho más elevado en cuanto a precio.