La Equinox está entre los más grandes y pesados SUV’s de su segmento. El diseño es bastante personal en la zona frontal, con esa trompa imponente de estilo americano, y también ostenta unas curvas y volúmenes interesantes en la mirada de perfil.
Como suele ocurrir con diseños un poco más “jugados”, puede gustarle a cada uno más o menos, dependiendo de las preferencias personales y también desde qué ángulo se la mire.
La Equinox viene con Motor 1.5 Turbo nafta 172 CV, que otorga realmente una muy buena potencia, excepcional para un motor de esta cilindrada.
La caja es automática en ambas versiones, de 6 marchas, con modo manual secuencial. El selector de cambios manual consiste en un botón para subir y bajar en el mango de la palanca, modalidad algo extraña a la que cuesta acostumbrarse ¿Por qué no las levas al volante?
La tracción es delantera FWD en la versión base y AWD en la Full Premier, con reparto automático a demanda.
La Equinox acelera de 0 a 100 km/h en solo 10,6 segundos, un muy buen indicador para un vehículo que no tiene nada o casi nada de deportivo. La velocidad máxima llega a los 185 km/h.
Gracias a una relación de sexta marcha larga, se puede circular a 130 km/h a bajas revoluciones, optimizando el consumo en ruta: gasta 7,6 litros cada 100 km a 100 km/h y 9,7 litros a 130 km/h.
En ciudad el consumo es poco económico, a pesar de la baja cilindrada del motor: 13,5 litros cada 100 km. Esto se explica por el elevado peso total que tiene el vehículo.
Frena de 100 a 0 en 41 metros, lo cual no es sobresaliente pero está dentro de lo esperable para un vehículo de este peso y tamaño.
La Equinox – quizás haciéndole honor a su nombre – ostenta un muy buen equilibrio entre confort de marcha y comportamiento dinámico en ruta. Es decir que es agradable de manejar en ciudad, pero responde bien cuando le exigimos un poco más al motor.
No se inclina demasiado en las curvas; se puede ir cerca del límite y siempre se siente segura. La dirección es rápida, aunque su radio de giro es algo reducido, y la suspensión está bien ajustada.
Con respecto a la conducción off-road, sufre los mismos avatares y paradojas que otros SUV’s: a pesar del espíritu “aventurero” y la tracción AWD, nos son vehículos realmente idóneos para este tipo de conducción.
En el caso de la Equinox, tiene un despeje delantero bastante bajo que golpea fácilmente, neumáticos bajos que transmiten mucha vibración y un tren delantero crujiente e incómodo en caminos embarrados y agrestes.
Compensan el eje trasero independiente y un modo doble tracción (versión full) que permite manejar bien en playa y médanos.
La Equinox ofrece un excelente confort, calidad de materiales e insonorización superior, aun cuando el motor en alta es un poco ruidoso comparando con otros de la competencia.
La posición de manejo puede resultar algo baja, pero cuenta con doble ajuste de volante en altura y profundidad y ajuste eléctrico de butacas con memorias programables en el asiento del conductor.
Las plazas traseras son muy cómodas, con espacio de sobra para las piernas, piso totalmente plano, apoyabrazos central y asientos reclinables en dos posiciones.
Un diferencial a favor es el techo corredizo panorámico que viene en la versión Full Premier. Casi todo el techo del habitáculo se vuelve transparente: toda una experiencia.
El baúl es generoso y, si falta lugar, se puede ampliar rebatiendo los asientos traseros.
Hay sustanciales diferencias de equipamiento entre ambas versiones, lo cual explica en parte la amplia diferencia de precios.
Lo bueno: ambas vienen con control de velocidad de crucero, arranque sin llave, computadora de abordo, sensor de estacionamiento trasero, sistema OnStar, volante multifunción y encendido de luz automático.
Ahora, la versión full es otra cosa: sensores delanteros, asistencia avanzada de estacionamiento, climatizador automático con regulación diferenciada conductor y acompañante, sensor de lluvia, encendido remoto, cámara de retrovisión, iluminación interior LED, apertura sensorial del baúl, y una larga lista de “chiches” que no están disponibles en la versión base.
La Equinox viene con pantalla táctil al centro para el sistema multimedia, sistema MyLink incluyendo Apple Car Play y Android Auto y equipo de audio Bose con muy buen sonido.
El tablero cuenta con un muy buen display digital, uno de los más completos del mercado en cuanto a información, que se opera desde el volante. Se pueden leer datos como presión de aceite, presión en neumáticos, carga de batería, consumo en tiempo real y promedio.
La tecnología de seguridad es uno de los puntos fuertes de la Equinox.
Viene con 6 airbags de serie, ganchos isofix, control de tracción y estabilidad y frenos ABS.
La Full Premier tiene, además, alerta de cruce trasero, alerta vibratoria de colisión frontal y freno autónomo para autos y peatones, alerta de punto ciego, asistencia de carril y control de crucero con regulación automática de distancia a otros vehículos. Realmente son un montón de extras muy bienvenidos para la conducción segura.
Como suele ocurrir con Chevrolet y otras marcas: gastaron tanto en toda esta tecnología que optaron por abaratar la rueda de auxilio, que es solo temporal.
Si estás buscando una SUV intermedia, es posible que la Equinox te atrape con su distinguido y llamativo diseño, pero… ¿Vale la pena más allá de lo estético?
La respuesta depende de cuánto se valoren las demás variables. Por fortuna, la Equinox tiene argumentos más que convincentes en cuanto a performance del motor, confort interior y equipamiento, pero a la vez es un auto que consume mucho en ciudad, tiene un selector de cambios discutible y, a pesar de la opción AWD, no está diseñada para adaptarse a cualquier condición de manejo offroad.
Y si bien la versión base ofrece una buena relación precio-producto, hay que tener en cuenta que las muy altas prestaciones del modelo en cuanto a equipamiento y seguridad son más bien exclusivas de la versión Full Premier, que es significativamente más costosa.