El exterior luce completamente renovado con respecto a la vieja Kangoo. Es 31 cm. más largo y 9 cm. más de ancho, además de tener una distancia entre ejes considerablemente mayor.
Siendo un utilitario, no se destaca por la belleza de sus líneas exteriores, aunque ciertos detalles – como su trompa curvilínea y el remate diagonal de la ventanilla posterior – contribuyen a darle una personalidad más amigable de lo usual, una cualidad histórica del viejo Kangoo.
Al igual que el Sandero, la versión Stepway brinda un look con toques “aventureros”, una característica superficial, pero que es furor para el usuario argentino.
La totalidad de la gama se motoriza con un 1.6 naftero de 114 CV con cadena de distribución en vez de correa, combinado con caja manual de 5 marchas. Un motor convencional pero ágil y enteramente confiable. Diseñada para obtener más reacción en situaciones de carga, la relación de marchas es bastante corta; esto redunda en un mayor consumo del motor y vulnera la insonorización del habitáculo.
La Stepway permite optar además por un 1.5 diésel de 89 CV, combinado con la misma caja.
La tracción en todos los casos es solo delantera.
El nuevo Kangoo acelera de 0 a 100 km en unos interesantes 11,6 segundos.
La velocidad máxima es de 171 km/h.
Los consumos del motor naftero son correctos, con 6,7 litros cada 100 km en ruta a 100 km/h y 9,1 a 130 km/h. En ciudad traspasa la barrera de los 10 litros cada 100 km.
El motor diesel consume 4,9 litros cada 100 km a 100 km/h: una maravilla. A 130 km/h se va a 7,1 litros, mientras que el promedio en ciudad es de 7,6 litros, también excelente.
Buenas noticias: las sensaciones al volante no son las de un furgón, sino las de un auto, lo cual se expresa en un agradable confort de marcha.
La estabilidad está ayudada por la distancia ampliada entre ejes, el ancho de la trocha, una barra estabilizadora y el control de estabilidad de serie. Esto determina que el Kangoo tenga buen agarre en curvas y solo titubee un poco ante vientos fuertes laterales.
Las suspensiones funcionan muy bien, con alguna leve tendencia a saltar un poco en terrenos irregulares.
La dirección asistida es suave y funciona a la perfección, pero el radio de giro es un poco amplio, dificultando la maniobrabilidad de estacionamiento.
El panel comparte el diseño general de otros productos de origen Dacia como el Sandero y el Logan, con algunas pequeñas variantes. El aspecto es sobrio y adecuado, sin llamar demasiado la atención. Los materiales son de calidad mediocre en general.
Las butacas delanteras son cómodas y la posición de mando en la versión Zen se regula solo en altura. Las plazas traseras gozan de un espacio más que generoso, destacando el amplio acceso lateral con puertas corredizas.
El acceso al área de carga es a través de puertas de doble hoja que se pueden abrir hasta en 180 grados, una opción bastante más cómoda que la puerta levadiza que ofrecen otros utilitarios.
El baúl tiene una inmensa capacidad de 800 litros. Con la adquisición de una red separadora, se puede cargar incluso hasta el techo. Rebatiendo los asientos traseros hacia adelante, se obtiene un espacio aún mayor.
La totalidad de la gama es bastante despojada en cuanto a accesorios de confort. La apuesta es claramente por la practicidad, en detrimento de los pequeños lujos que ofrece el rubro equipamiento.
La versión Life solo tiene levantavidrios eléctrico, aire acondicionado y cierre de puertas centralizado con mando a distancia.
Los ítems más avanzados se encuentran a partir de la versión Zen, que suma control de crucero, sensor y cámara de estacionamiento, espejos exteriores de regulación electrónica y display central de información múltiple.
El tablero tiene las funciones ordinarias: velocímetro de aguja central, cuentavueltas y display digital con información extra.
Todas las versiones tienen con sistema de audio, pero a partir de la Zen incluye el sistema Media Nav Evolution con pantalla multitáctil de 7’’.
En este rubro Renault se puso un poco más las pilas, dotando a toda la serie de control de estabilidad y tracción.
A esto le suma asistencia de arranque en pendientes y asistencia al frenado de emergencia.
Los dispositivos más estándar están también, por supuesto: airbags delanteros, frenos ABS con EBD, ganchos isofix e incluso cinturón de seguridad de punto y apoyacabezas en todas las plazas.
Todas estas funciones están en toda la serie.
La nueva Kangoo es un claro y encomiable ejemplo de un vehículo relativamente accesible (aunque no es exactamente low-cost) que no escatima en las funciones esenciales de seguridad que todo auto debería tener.
Es difícil imaginar que te vayas a comprar una Kangoo sin la necesidad específica de mover carga con frecuencia. Su máximo argumento de venta pasa, justamente, por su flexibilidad para el transporte.
Esta versión de uso mixto, no obstante, le suma dotes de vehículo familiar, gracias a una excelente amplitud de habitabilidad interna: para la familia, puede ser casi que un ambiente más de la casa, ideal para viajes y campings. En este sentido, y sumando muy buenas funciones de seguridad, la nueva Kangoo se convierte en una opción competitiva, incluso como 2do auto.